Tendría 13 o 14 años cuando ese día, mientras mi abuelita Victoria cosía en su máquina a pedal, y comentábamos cosas del alma en un silencio total. Si, esa era mi adorada abuelita, con quien sentía en todo momento solidaridad y hasta complicidad. Era lo más natural del mundo estar con ella en el AHORA sin palabras que invadieran nuestra extrema comunicación… ahhh….
Aun oigo el rat ratratraaaat de su maquina de coser… mientras la mano derecha ayudaba a la bobina a girar, y la izquierda ayudaba a la tela a pasar por la aguja que verticalmente hacia su trabajo en pulsos armónicos y constantes.
Que felicidad, que paz, que alegría estar en ese único mundo del Tu y Yo… estar en ese mundo mágico en el cual solo estábamos nosotras dos, sin ninguna posibilidad de ser juzgado ni juzgar; nada de regaños ni “está bien” o “está mal”… Ahhhh.. .qué paz…
Mi imaginación dió un vuelo, como siempre, cuando estaba con ella; la veía con los ojos del alma, con gran adoración, y de la Nada, terminé por romper el fuerte silencio con una pregunta: “Abuelita, cuando dejes tu cuerpo, vendrás a visitarme?”
Abuelita entendía a la perfección el concepto de que la Muerte no es nada más que La Vida con Disfraz. Había trabajado por años en un hospital y en múltiples ocasiones había presenciado el dolor humano al separarse un ser querido de la familia, dejando su cuerpo…pero para seguir viviendo en su eterna forma espiritual…sin las limitantes que el vehículo terrenal, nuestro Cuerpo, regalo de Dios, ahora cansado, imponía en esas personas que se liberaban del mismo para seguir su camino eterno…
Mi abuelita paró en seco lo que estaba haciendo. Se quitó los anteojos para verme con los ojos del alma… y asi, sintiéndonos UNA, nuestros espíritus danzando al ritmo de esta conversación profunda, me dijo una frase que ha tenido un impacto tremendo desde ese día en mi vida: “Claro mi niña! Si tu quieres, y me lo permites…”Un poco extrañada por la pregunta le respondií: “Claro que quiero, y te lo permitiré!” le dije con una fé total, mientras nuestras almas se fundían en esta promesa.
SI QUIERES, Y ME LO PERMITES, LO HARÉ.
Extracto de «Orgasmos Espirituales».
Que sensación de absoluta paz, sentir que el amor te une para siempre.
Sentirte unida a tus seres queridos pase lo que pase, con o sin disfraz.
Que donde no llegan nuestros brazos terrestres estan nuestro espiritu que baila con nuestros ancestros y con aquellas personas a las que permitimos que nos visiten y comuniquen.
Estan con nosotros siempre porque el lazo del amor es eterno.
Siéntelo!
Pase lo que Pase!
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