Quiérete a ti mismo primero

 

Mientras veo a mis hijos

Desarrollarse cada día

Emitiendo sus deseos

Viviendo sus sueños.

 

Realizo la importancia

De dejarlos ser

De confiar en su falta de ignorancia

Sabiendo que son criaturas de Dios.

 

Cuando eran bebés

Seguro que era mi deber

El de alimentarlos, limpiarlos

Y darles confort.

 

Si lloraban, los escuchaba

Y al instante sabía

Si necesitaban de mi atención

O si solo sus pulmones necesitaban acción.

 

Entendiendo la grandeza

El inmenso milagro que son

No había lugar para preocupaciones

Aunque a veces me dejaba cegar.

 

Y así, guiada por la confusión

Algunas veces creé

Un problema inexistente

Uno que yo misma inventé.

 

Y así, guiada por la confusión

La perfecta solución que siempre funcionó

Fue la de permitirme ser feliz

Para poder de nuevo ver.

 

Que nuestros hijos son Creadores

Proveídos de una Guía Divina

Sus propios vehículos ellos deben conducir

Con sólo un poco de nuestra ayuda.

 

Vinieron a éste mundo

Con sus propios sueños y magia

Esta sólo en ellos

Decidir como realizarlos.

Extracto del Libro » Orgasmos Espirituales»

 

Ahora estoy muy relajada con las decisiones que tomé cuando guiaba a mis pequeños maestros. Aunque algunas veces aun me siento tentada a decirme: “Ojalá y hubiera hecho esto ó aquello de ésta o aquella otra manera en ese entonces.”

Ahora me es muy claro que, en el momento, tomé esa decisión porque pensaba que era lo correcto. Lo que hice fué guiada por mi amor de madre, que es lo que realmente importa.

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