Siente gratitud ante los alimentos

La próxima vez que goces de una comida, sea en tu casa o en un restaurante, PAUSA, y de nuevo, PAUSA.

Lleva contigo solo a tí mismo, para que puedas gozar del momento a tu propio paso, sintiendo la vibración del Momento.

Cuando tu plato llegue a tu mesa, di:

“Que privilegiado soy, tengo esta maravillosa delicia que paladear mientras alimento a mi cuerpo, regalo de Dios, que me permite estar vivo en esta vida terrenal; los ingredientes necesarios para preparar este alimento fueron cosechados por alguien quizás debajo de la lluvia, o bajo un ardiente sol. Después, alguien los colocó en un camión, soportando el peso enorme de cada bulto. Y alguien, quizás sin dormir toda la noche, trajo las verduras hasta el mercado de abastos, en donde después, otro chofer, las trajo al supermercado mas cercano… y yo me encuentro aquí, frente a este festín, sentada, gozando en paz y tranquilidad de este regalo divino…”

Tomate tu tiempo. Aprecia el aroma, la textura, el sabor. Mastica despacio, agradeciendo a tu sistema digestivo tan perfecto que sabe que hacer para que no solo te deleites con el sabor, sino que también te alimentes con las vitaminas y minerales contenidos en este manjar.

Siente la gratitud hervir en tus venas mientras los sabores te llevan a una fiesta de emociones… siente esa felicidad, que va creciendo a medida que vas gozando…

Felicidades! Estas provocando un milagro culinario… te sientes feliz, maravillado, agradecido…

Ahhhhh…

Buen Provecho!

 

Orgasmos Espirituales. Gloria Belendez-Ramirez

Speak Your Mind